No te quedes inmóvil al borde del camino, no congeles el júbilo no quieras con desgana, no te salves ahora ni nunca, no te salves no te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados pesados como juicios, no te quedes sin labios no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo, pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.
Mario Benedetti
(Uruguay - Paso de los Totos)
1920 - 2009
sábado, 13 de junio de 2009
No te salves
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Curiosamente hace poco hablaba de este poema de Benedetti, para mi, muy personal.
ResponderEliminarUn brindis por los caidos que no se han salvado!
Curiosamente hace poco hablaba de este poema que, para mi, resulta harto personal.
ResponderEliminarUn brindis por los que no se salvan!
Por cierto, Vivian, en enlace es "La Buena Orilla", no "La Otra Orilla", jejeje.
ResponderEliminarNo te preocupes, es un error que hasta yo mismo cometo a veces :)
Es uno de mis preferidos de Benedetti, y también lo siento mío. Es increíble como uno se adueña de lo que siente propio, aunque no lo sea.
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